Creer

Que importante es creerle a Dios, porque es fundamental para que ocurra un milagro en nuestras vidas. Casi a diario escuchamos de las personas que nos rodean palabras de bendición, promesas, profecías de Dios, pero llevamos años esperando que se cumplan y nos cansamos de escuchar siempre lo mismo y no vemos ningún resultado. Esto no significa que los demás sean mentirosos y mucho menos que Dios no pueda cumplir tus sueños.

El problema muchas veces está en nosotros, lo primero que hacemos es dar lugar a la duda, porque tenemos que ver las cosas para creerlas, cuestionamos a Dios y nuestra mente comienza a divagar y a llenarse de pesimismo.

Si lees o escuchas un sermón, un devocional, no es tanto que recibas esa palabra, sino que creas en ella, de ahí parte todo, Dios siempre tiene promesas y palabras de aliento, para todos los días, y en todas las situaciones, el hecho es que creas totalmente, de verdad, no a medias, porque en el momento que lo recibes y en tu mente pasa aunque sea un mínimo pensamiento negativo o contrario al respecto, la bendición se retrasa o no llega completa. O por el contrario si sigues creyendo cada palabra que Dios te da, recibirás tu milagro.

La palabra de Dios es muy clara, y en ella podemos notar que no hay término medio; es mucho o poco, caliente o frío, siempre o nunca, creer o no creer, todo o nada. Así que si esperamos algo de Dios, debemos tener la suficiente fe, creyendo en TODO lo que nos ha prometido, porque si crees a medias, esa es la razón por la que tu petición no se ha cumplido; con los gestos, pensamientos o actitud que tengas en tu corazón, depende que esa palabra se cumpla, porque Dios siempre está a tu favor.

Jesús le dijo: "Si puedes creer, todo es posible para el que cree".

Marcos 9:23 (Reina-Valera 1960).